ADIOS MAESTRO.

Escrito por el 26 octubre 2023

José Osbru / Tenerife.

EL GENIAL DRAMATURGO CUBANO RAÚL ALFONSO MUERE EN MADRID A LOS 57 AÑOS.


El dramaturgo, profesor, actor, director teatral y de audiovisuales cubano, amigo de esta casa, confidente y maestro de quien escribe estas líneas, Raúl Alfonso, murió en la madrugada del 24 de Octubre en Madrid, a los 57 años, según hemos podido saber desde  su entorno, de sus amigos, grupos de teatro y medios especializados. Todos los que le conocíamos, nos hemos entristecido con la prematura muerte de Raúl.


El poeta, dramaturgo y ensayista Norge Espinosa que anunció su deceso desde Facebook, apuntó que “más que dramaturgo, Raúl Alfonso era un poeta dramático, consciente de que la poesía en el teatro proviene de un determinado grado de sinceridad, visceralidad y desgarramiento, en el que se unen todos sus personajes”.

Y eso es muy cierto. Hablar con él, era tener una conversación sincera, siempre desde el corazón. Con la verdad como pluma, y la soledad impuesta como compañera y musa. Aunque le doliese tanto andar siempre con ella, finalmente la domó.


Licenciado en Artes Escénicas por el Instituto Superior de Arte de La Habana (ISA), en la especialidad de Teatrología y Dramaturgia. Fue actor, asesor y director de escena, Profesor de Interpretación en la Escuela Nacional de Teatro de La Habana, el ISA, la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y en diversas academias y universidades de México y España. Ha colaborado con comentarios y artículos, entre otras, con la revista teatral Tablas y con la publicación de arte y literatura El espejo del perro (Madrid).

Dirigió y escribió numerosas obras de teatro, algunas publicadas en revistas y antologías y representadas en Cuba, México, Colombia, Estados Unidos y España. Realizó de manera independiente varios cortometrajes en La Habana, México y Madrid.

En el 2001 salió de Cuba rumbo a México y posteriormente residió en España, donde impartía clases de interpretación, dirección escénica y dramaturgia.

Entre los dramaturgos cubanos, Raúl Alfonso es justamente uno de los más cercanos al delirio, a la mezcla feroz de alucinación y ensueño como un espejo que nos dice que todo afán de realidad pura es falsa.

Con su gran cultura, su agudeza crítica y su inmensa curiosidad por los temas más variados de la cultura cubana y universal, sus trabajos han sido siempre un aporte esencial. Se detenía en obras y autores raros, contradictorios, salvaba para los nuevos lectores su humanidad y grandeza literaria en su afán de luchar contra el olvido.



Raúl Alfonso /FACEBOOK

En lo personal, en la cercanía de la que he podido disfrutar, mientras me corregía los textos de Soporte Vital Podcast, he tenido la inmensa suerte, no solo de recibir sus consejos con un agradecimiento infinito, además me daba aportes, que siempre me sorprendían y emocionaban.

Largas conversaciones por teléfono y videoconferencias, que eran absoluta ambrosía literaria, junto a otras muchas conversaciones en las que me contaba de su Cuba, de su gente. Siempre ofrecía un recorrido intelectual y emocional en sus charlas, con un tono de voz que emanaba de un corazón sincero y moldeado por la dureza de una vida, marcada por el amor a una tierra y a una cultura, la cubana, a la que pese a todo, nunca dejó de amar y honrar.


En su facebook, Norge Espinosa, amigo y poeta, en un comunicado que es de los mejores y más emocionantes que se han escrito en estos días tan tristes tras la muerte de Raúl, habla de su relación de amistad y hace un recorrido fiel y cercano de la figura de su amigo:

“En los años del Período Especial, coincidíamos en las casas de amigos que aún podían agenciarse un poco de té, y aquellas tertulias de gente cuir, de personajes tan raros y teatrales, eran parte de nuestra manera de seguir soñando otros teatros, en medio de la escasez de casi todo: la salita del fotógrafo Eduardo Hernández, que lo retrató en una de sus mejores series, era uno de nuestros refugios. No publicó un tomo con sus obras, apenas se imprimieron El grito, en la colección Pinos Nuevos de 1994, y también en la revista Tablas, una de sus obras que prefiero: El dudoso cuento de la princesa Sonia, una fábula delirante que admiré mucho antes de que la tragedia de los Romanovs se volviera una de mis obsesiones.

Hablábamos de Virgilio Piñera (Juan Piñera, compositor y sobrino de Virgilio, era un amigo común) y nos reconocíamos en la poesía amarga de sus últimos años, los de la muerte civil, los de la No-Persona”.


Resulta complejo escribir esta entrada. Estoy tratando de hablar de un amigo que se he marchado demasiado pronto, y me faltan las palabras. Sus audios en mi móvil, son ahora un tesoro. Su voz inconfundible, teatral, dramática, melosa, suave, serán parte perenne del recuerdo de un ser humano excepcional, que indudablemente es parte imprescindible del legado artístico cubano.

Y, con el corazón en la mano, encogido, solo puedo agradecerle de la forma más sincera que puedo, sus palabras, sus consejos, que me acercaron a la vida, a su vida,  en el momento más difícil de la mía. Su vibración, su esencia, son parte ahora de mi ADN. A Raúl, le debo la ilusión y la intención de comenzar un camino complejo, sabiendo que parte del recorrido lo hice con él. El cariño abre muchas puertas, el suyo además reparaba almas.

Solo unos días antes de partir, me llamó y noté su voz apagada, pero Raúl aún sabiendo que la muerte le iba a ganar la partida y sin ser sincero conmigo sobre su estado en el hospital, me dijo: “Cuídate querido y no dejes de admirar todo lo que la vida te ofrezca, hasta los dramas. La admiración es el camino forzoso hasta al amor”.


Cuba te llora, y tus amigos celebramos tu vida y el inmenso legado que nos has dejado.

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Opiniones
  1. Martha Montañez   /   27 octubre 2023, (18:44)

    Conocí al artista, al genio, al escritor, al poeta y al maestro (fui su alumna); lo admiré y lo admiro. Mi respeto con él siempre.

    Tuve la suerte de conocer al ser humano y al amigo, en tardes de largos paseos por Madrid con conversaciones profundas y, a veces, con charlas distendidas de muchas risas. Fue una delicia estar cerca. Tenía la virtud de saber escuchar; su increíble memoria guardaba todo y en el momento justo traía a colación cosas que había olvidado y que era necesario recordar en ese momento para ayudarme; porque la generosidad también lo adornaba.

    Puedo presumir de su cercanía y de su cariño incondicional. Estas palabras son suyas: “No le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo al vacío”. Un amigo muy querido, que deja un gran vacío en mi corazón y en el de los que le conocimos. Mi amor y mi admiración por ti son eternos, Raúl. Vuela alto. Te buscaré en las estrellas.

    Gracias, José Osbru, por este homenaje a nuestro querido Raúl.

  2. Edgar Cañón   /   28 octubre 2023, (01:25)

    No puedo sacarme de la cabeza la imagen de Raúl, me impactó y emocionó su partida. Tuve el honor de conocerlo en medio del dolor, el silencio y la angustia de las mazmorras. Yo dirigía un grupo de teatro y él vino, humildemente, a pedirme una oportunidad en el grupo, porque él era autor. Me llamo la Atencion la seguridad con que hablaba del mundo del teatro y lo incorpore al grupo con un papel pequeño que el convirtió en inmenso. Jamás critico mis carencias, ni mi visión de la obra, simplemente se limitó a hacer lo que sabía hacer como ninguno: actuar. Yo tuve la oportunidad de descubrir si genio y la biblioteca que almacenaba en su cabeza. Fuimos muy buenos amigos, compartimos la desesperación y la desesperanza desde el silencio, pero jamás olvidaré nuestras charlas, nuestras caminatas y nuestro deseo por disfrutar el mundo de la dramaturgia, a sabiendas que el teatro y el dinero son como el agua y el aceite. Cómo es lógico, después de ser su profesor me convertí en uno más de sus alumnos. Compartimos nuestra afición por la literatura con la revista literaria en la que participamos activamente. Nuestros deseos fueron sueños nada más, porque llega siempre un momento en que la realidad se impone. Partimos al final, cada cual a su caminar su sendero de espinas, pero mantuvimos la amistad y las tertulias. Desafortunadamente por la distancia nuestra comunicación al final no fue tan fluida y su partida fue una gran sorpresa. Hasta pronto amigo, me quedan tus palabras, tus escritos y tus obras como tatuajes en el corazón.

    • JOSE OSBRU   /   31 octubre 2023, (15:26)

      Edgar, muchas gracias por tus palabras. En tu comentarios, dices, lo que muchos de los que admiramos a Raúl estamos diciendo estos días…. “echaré de menos sus charlas”… Esa era la grandeza de un ser humano excepcional. La pasión, inteligencia, crítica y empatía, conocimiento, humor y respeto con los que participaba en cualquier charla, desde la más intelectual y profunda, hasta la más banal. Era un genio de la palabra, en todas sus extensiones, y creo que así le recordaremos todos, como un genio. Gracias.

  3. Erika Talia Ramírez Vertiz   /   28 octubre 2023, (15:36)

    Una perdida muy grande, gracias por las enseñanzas y esos momentos tan hermosos que vivimos, tus palabras aún ya no estando en este plano terrenal llegan al alma, buen viaje amigo y maestro

    • JOSE OSBRU   /   31 octubre 2023, (15:21)

      Muchísimas gracias Erika. Sin lugar a dudas es una pérdida irreparable la que deja Raúl. Abrazo muy fuerte.

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